El blanqueamiento dental es un procedimiento que cambia el color natural del diente, generalmente entre dos a tres tonalidades más blanco. Tanto el blanqueamiento que se realiza en el consultorio por el profesional y el realizado en casa utilizando una cubeta, emplean un compuesto con un ingrediente activo, generalmente peróxido de carbamida o peróxido de hidrógeno, que rompen las manchas de los dientes en partículas más pequeñas, lo que hace que el color esté menos concentrado y tus dientes más luminosos.
Existen 3 tipos de blanqueamiento profesional:
- Blanqueamiento en el Consultorio.- Este procedimiento se realiza en el sillón dental y generalmente requiere de una o dos visitas. El odontólogo aplica un gel protector a tus encías, después se aplica el blanqueador a cada diente y se le deja por un período de 10 a 20 minutos aproximadamente. Algunos compuestos requieren de láser pero la mayoría actúan por sí solos. Se retira el blanqueamiento y se coloca flúor para evitar sensibilidad.
- Blanqueamiento en Casa.- El odontólogo realiza una cubeta hecha a medida para colocar el gel blanqueador en la noche. El tipo de blanqueador y el tiempo que se coloca en las noches depende de cada caso por lo que el profesional te dará instrucciones de cómo poner la solución blanqueadora en la cubeta y por cuánto tiempo. El blanqueamiento fuera de la consulta puede llevar de unos cuantos días a una semana.
- Mixto.- En éste caso se realizan los dos tipos de blanqueamientos arriba descritos. Ésta técnica mixta tiene mejores resultados pero tampoco es recomendable en todos los casos. El profesional deberá decidir el mejor procedimiento dependiendo de cada caso y mediante un adecuado diagnóstico.
Antes de empezar el blanqueamiento, el odontólogo debe realizar la limpieza dental y asegurarse de que no existan caries ni filtraciones en las restauraciones que tenga el paciente, también es importante avisar al paciente que una vez realizado el tratamiento algunas restauraciones antiguas se van a notar porque el blanqueamiento sólo blanquea el diente, no la porcelana ni las restauraciones de resina. Se debe evaluar y planificar el cambio de estas restauraciones al terminar el blanqueamiento.
En todas las técnicas es recomendable el uso de flúor después del blanqueamiento para evitar sensibilidad y lo más importante es el cuidado que debe tener el paciente y seguir de manera exacta las instrucciones que su odontólogo le explique.
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